Los efectos del tabaco en la belleza

Siempre se ha dicho que el tabaco afecta muy gravemente a nuestra salud, sobre todo a las áreas de los pulmones y el corazón. No obstante, también debemos tener en cuenta que fumar ocasiona otras alteraciones que, aunque no ponen en riesgo nuestra vida, resultan realmente perjudiciales para nuestra belleza.

Así, uno de los peores efectos del tabaco es su dañina influencia sobre la piel, ya que los cigarrillos provocan que la dermis pierda buena parte de su hermosura. ¡Yo no estoy dispuesta a que esto ocurra!, ¿y tú?

¿fumar afecta la belleza?

Como sé que has contestado con un gran “no” a esta pregunta y que eres una persona a la que le encanta estar siempre guapa, hoy quiero decirte cuáles son las nefastas consecuencias de los cigarros sobre la belleza.

Y es que el tabaco provoca que tengamos las arrugas más marcadas, que aparezcan manchas de color púrpura en nuestro rostro y que la piel posea un tono más gris, incluso demacrado.

¿Por qué ocurre esto? La explicación es sencilla: el humo del tabaco seca la piel y, además, cuando la nicotina penetra en el organismo reduce el nivel de oxígeno de la sangre, entre otras sustancias. Es por ello que el cutis se ve mucho más deshidratado de lo normal y que su aspecto es semejante al de una persona enferma. ¡Así que deja de fumar y evita que esto te suceda!

El tabaco y las mujeres

En el caso de ellas, el tabaco es aún más perjudicial para la belleza que si nos centramos en los hombres. Esto se debe a que la nicotina tiene una acción directa sobre una de las hormonas femeninas, la vasopresina, una de las responsables de la cantidad de estrógenos presentes en nuestro cuerpo. Cuando estos disminuyen, la piel se desequilibra hasta el punto de que pierde colágeno y elastina, lo que provoca que aparezca la indeseada flaccidez de la que todas queremos huir. Además, sus efectos pueden llegar, incluso, a originar un exceso de vello.

Finalmente, quiero destacar que el tabaco no solo afecta a la belleza de nuestro rostro, sino también a otras zonas del cuerpo, como son los dedos, las uñas y los dientes, unas áreas que se vuelven amarillentas cuando fumamos en exceso. ¿Acaso necesitas más excusas para olvidarte del tabaco de una vez por todas?

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