Aprender inglésUna de las claves para aprovechar al máximo el viaje es poder comunicarse con la gente que va a conocer. Sí, pero ¿cómo puedes hacerlo si no hablas el idioma local? Al menos puedes intentar hacerte entender en inglés con Helen Doron Inglés, un idioma que se entiende más o menos en todo el mundo.
¿Qué? ¿No hablas inglés?
Que no cunda el pánico, tu enfermedad no es incurable y con un poco de buena voluntad puedes hablar en la lengua de Shakespeare sin siquiera pensarlo. Para ayudarte a conseguirlo, hemos pedido a Guillemette Laude, de la escuela de idiomas Campus Langues, que nos dé 5 consejos para aprender inglés.
¿Por dónde empezar si es un principiante?
Para alguien que quiera aprender inglés a un nivel muy principiante, la mejor opción es inscribirse en una escuela de idiomas para tomar clases en grupo. Siempre se puede comprar un método o tomar lecciones en Internet, pero esto es sólo una opción adicional.
Al venir varias veces a la semana para conocer a gente nueva y hablar con los demás, se establece una rutina y se pueden ver rápidamente los progresos. En una clase, los alumnos y los profesores interactúan entre sí y se impulsan mutuamente. Cuando un alumno sale de su primera clase de inglés, ya puede utilizar las primeras palabras que ha aprendido para comunicarse.
¿Cuáles son los buenos hábitos para aprender un idioma?
Para aprender un idioma, hay que adoptar una actitud lingüística. Es muy sencillo: sólo tenemos que incorporar a nuestra vida diaria nuevos hábitos relacionados con la lengua que estamos aprendiendo. Por ejemplo, todos tenemos una canción en inglés que nos encanta y que cantamos en la ducha mientras farfullamos un yogur franglais propio. Deja la masacre y vete a buscar las letras en internet para entenderlas y aprenderlas, ¡es mucho más bonito! Habrás enriquecido tu vocabulario al mismo tiempo que tu cultura musical.
Lo mismo ocurre con las series de televisión, ¡es hora de cambiar a la VO! Si tienes miedo de estar totalmente perdido, instala subtítulos y muy rápidamente no podrás prescindir de la voz real de tus actores favoritos.
No dude en leer periódicos, escuchar la radio… en definitiva, cree una rutina diaria en la lengua meta con una variedad de materiales divertidos. ¡Haz cosas que te gusten!
¿Con qué rapidez puede un principiante entender y hacerse entender?
Todo depende del ritmo de aprendizaje. Si un principiante hace un curso intensivo de unas 20 horas, al cabo de dos meses será capaz de entender y hacerse entender, siempre que la otra persona esté dispuesta a esforzarse. No tendrás discusiones filosóficas, pero podrás sobrevivir en la vida cotidiana: coger el autobús, hacer la compra y conocer gente nueva.
Si necesitas un poco más de inglés, por ejemplo para estudiar o trabajar en el extranjero, necesitarás un mínimo de nueve meses antes de que se te pueda considerar apto para sobrevivir en un entorno de habla inglesa.
¿La inmersión y los viajes aceleran el aprendizaje?
La inmersión es la mejor manera de progresar en un idioma. Cuando no tienes más remedio que hacerte entender, el progreso es mucho más rápido. Para los novatos que se encuentran inmersos en un mundo totalmente desconocido, sin haber aprendido el idioma de antemano, esto puede ser desalentador durante los primeros días, pero ¡no se preocupe! Tu cerebro siempre encontrará la forma de aprender, tu oído se acostumbrará al idioma y comenzará el trabajo autodidacta. ¡Eso es muy valiente!
Para los menos aventureros, unas cuantas clases de idiomas antes de partir para tranquilizarse y adquirir los conocimientos básicos, para no estar totalmente perdido cuando llegue. Incluso puede realizar cursos de idiomas in situ, ¡una buena solución para combinar el aprendizaje académico y la inmersión cultural!
¿Si sólo hubiera un consejo que dar?
El mejor consejo que podemos darte es que te atrevas. Sí, atrévete a comunicar y dar el paso. A menudo observamos que los francófonos tienen una extraña relación con su lengua y el «bon parlé». El más mínimo error gramatical o de concordancia es un suicidio social.
Los angloparlantes tienen un enfoque completamente diferente, no tienen miedo de masticar y estirar su lengua en todas las direcciones. Los errores gramaticales no son importantes para ellos, ¡de hecho los cometen ellos mismos! La lengua es, ante todo, una herramienta de comunicación, y debe utilizarse como tal. El objetivo es que te entiendan y nadie te juzgará si olvidas una «-s» en la tercera persona del singular.